Palmeiras se coronó campeón de América por segunda vez en su historia. Tras el título de 1999 frente al Deportivo Cali, el conjunto verde de San Pablo se impuso a sus vecinos del Santos por 1-0 en Maracaná, donde la final no será recordada por haber sido un gran espectáculo. De hecho, resultó muy pobre.

El primer tiempo fue de lo peor del campeonato. Metieron, se pegaron, disputaron cada pelota a muerte y no desatendieron ningún aspecto defensivo, pero se olvidaron de atacar y ni siquiera hubo remates al arco. Lo más parecido fue una llegada del Verdao a los 11’, cuando Rony invadió por izquierda y metió un peligroso buscapié que cortó el arquero John.

Marinho, bien contenido por el uruguayo Matías Viña a lo largo de toda la tarde, no pudo desequilibrar como lo había hecho frente a Gremio y Boca Juniors. No obstante, de sus pies nació la primera aproximación del peixe a los 59’, con un centro en una jugada preparada a balón parado que por muy poco no llegó a definir Lucas Veríssimo de cabeza.

Lo más peligroso del conjunto peixe ocurrió a los 77’, cuando Weverton tapó un zurdazo de Pituca y en el rebote Felipe Jonathan le erró al arco desde la medialuna. Posteriormente, predominaba el miedo a perder de los dos lados, por lo que ninguno arriesgaba demasiado.

Con el partido ya casi por terminar y el alargue asomando, fue expulsado Cuca, entrenador del Santos, por un encontronazo con el lateral del Palmeiras Marcos Rocha, a quien no le dejó agarrar la pelota cuando cayó en su área técnica. El hecho generó un tumulto y demoró el juego, al que se habían adicionado ocho minutos.

Era tan pobre el espectáculo que ni siquiera había intervenido el VAR. La prórroga era un hecho, pero en una jugada aislada lo ganó Palmeiras a los 99’. Rony metió un centro certero desde la derecha al segundo palo y Breno Lopes, uno de los dos hombres del Verdao que estaba en el área, conectó un cabezazo que dejó parado y a contrapié al arquero John.